La fruta del mango proviene de un árbol perenne de raíces tropicales de la familia Anacardiaceae. Es originario de Asia y se trajo a las Islas Canarias alrededor de 1790. Comenzó a cultivarse comercialmente a principios de 1970. El color y el fantástico sabor dulce del mango lo convierten en un complemento perfecto para ensaladas, yogures y postres. También es perfecto para cocinar.